Hace 4 meses que cada semana tengo un ritual.
Nunca sostuve nada con tanta disciplina y tanto compromiso.
Aún cuando tuve semanas difíciles en lo personal, aún cuando se complicaba coordinar, aún cuando no sabía cómo iba a salir el encuentro, ahí estaba yo cumpliendo mi promesa, y otra persona brindándome lo más preciado: su tiempo.
El 3 de enero después de tener mi primer café con una desconocida, llegué a casa, escribí de qué se trataría esta locura y al otro día lo publiqué.
Mi motivo principal era recrear lo que más amo de viajar: conocer personas y sus historias. Y lo que más amo de mis orígenes y mi vida en la ciudad: salir a tomar café.
Juntando las dos pasiones cree Café Itinerante.
Hasta ahora me senté con 17 personas diferentes, en 17 lugares diferentes.
17 historias, 17 vidas que pueden coincidir en algún punto con la mía, pero que a su vez son completamente distintas.
Me compartieron muchos sueños, desafíos, ideas, anécdotas y emociones.
Me llevé muchísima inspiración, grandes conexiones, socias creativas y mucho amor.
Y todo esto por un café.
Estos cafés los comencé a compartir en mi Instagram y luego decidí crearle casa propia y hasta un podcast.
¿Por qué? porque me parece demasiado valioso lo que estoy recibiendo y me parece egoísta no compartirlo.
Porque si me preguntan que es lo que más te gusta en la vida respondo: CONECTAR y es lo que quiero hacer hasta que me muera.
Porque esto que solo requirió una idea, tiempo y acción. Esto que es un acto tan simple y corriente como tomarse un café, a mi me está cambiando la vida.
Claro que si! 🌸☕️. Pequeños instantes, y el café, cambian la vida.